La exploración de los lunares (conocidos técnicamente como nevus melanocíticos) es fundamental. Los lunares pueden ser congénitos o aparecer a lo largo de nuestra vida, y el sol es uno de los factores que pueden incidir en su cambio de estado. Por ello, es importante que sepamos cuando un lunar o nevus puede evolucionar hacia un melanoma para que acudamos al especialista en busca de un diagnóstico preciso y precoz.
El cáncer de
piel aparece cuando se presenta una multiplicación descontrolada de células
malignas en la piel. Existen tres tipos de esta enfermedad dependiendo de las
células en las que aparecen: de células basales, de células escamosas o
melanomas.
El cáncer de piel de tipo melanoma es
el menos frecuente (supone tan sólo el 2% de todos los
cánceres, aproximadamente 100.000 nuevos casos en el mundo cada año) pero es el más agresivo de todos. La
buena noticia es que al desarrollarse sobre la "superficie", puede
detectarse de forma temprana (a diferencia de cánceres de otros órganos
internos), pudiendo evitar consecuencias fatales.
Su detección temprana puede significar la posibilidad de curación completa,
por eso, mantente alerta a los factores de riesgo y consulta a tu médico si
tienes dudas.
El cáncer de
tipo melanoma se desarrolla en los melanocitos, que se encargan de dar el
pigmento a la piel y generan los crecimientos benignos que se conocen
comúnmente como lunares. Aunque este tipo de cáncer de piel es el menos
frecuente, es el más grave de todos.
Esta enfermedad
aparece en personas de cualquier edad y sexo pero es más frecuente en quienes
tienen piel blanca, muchos lunares o antecedentes familiares. Además, puede
presentarse en adolescentes y niños. Para identificarlo a tiempo ten en cuenta
el ABCDE del melanoma. Siempre que un
lunar cumpla una de las siguientes características deberemos consultar
rápidamente con el dermatólogo
Si
bien el dermatólogo está específicamente
formado para controlar lo lunares, la observación de éstos por nosotros
mismos tiene un papel fundamental y puede ayudar al dermatólogo a detectar los
cambios aún más a tiempo. Hasta un tercio de los melanomas aparecen en la
espalda, con lo que no debemos olvidar vigilarnos también esta zona, lo cual
puede hacerse con la ayuda de algún familiar, un espejo o fotografiándonos la
espalda.
A representa Asimetría; “una mitad es
diferente de la otra mitad”. Si
dividimos el lunar en dos, las dos mitades deberían ser parecidas, en cuanto a
colores y forma. Las lesiones del melanoma son típicamente irregulares en su
forma y asimétricas, o en todo caso poco simétricas.
C representa
el Color; variación de una
zona a otra. La presencia de más de un color (azul, negro, marrón, oscuro…) o la
distribución diferente del tono sobre la lesión, nos puede poner a veces sobre
aviso de una lesión maligna. un lunar con más de 2 ó 3 colores tiene mayor
riesgo de ser "malo".
Los nevus benignos son generalmente marrones oscuros o
negros de un sólo tono. Ocasionalmente encontramos lesiones benignas de color
azulado o incluso blanco.
D representa
el Díametro; Las lesiones de melanoma son generalmente mayores de 6
milímetros (el tamaño de un borrador de lápiz) cuando se diagnostica, puede ser
más pequeño
E representa Evolucíon;
La forma en la que veamos evolucionar nuestros lunares es el factor más importante a
la hora de ponernos sobre aviso de una posible enfermedad como el melanoma. Por eso sería recomendable hacerse una
exploración con un espejo antes de los 20 años para conocer cuáles son tus
lunares normales y
así poder identificar precozmente cualquier cambio que pudiera alertarnos.
Otros cambios que pueden indicar
melanoma son dolor, picazón o sangrado en un lunar o una nueva mancha en la
piel.
Ante cualquier cambio en un lunar (cambio de tamaño, forma color, picor,
sangrado, aparición de alguna mancha nueva) es aconsejable consultar con un
dermatólogo.
De acuerdo con
la Sociedad Americana Contra el Cáncer la mayoría de los casos de cáncer de
piel son el resultado de la exposición excesiva a los rayos UV del sol. Para
prevenirlo es importante evitar salir al sol entre las 10 de la mañana y las 4
de la tarde, usar ropa que proteja los brazos, las piernas y la cara y
aplicarse un bloqueador con factor de protección solar superior a 30.