Las intoxicaciones son relativamente
frecuentes debido a la proximidad de los tóxicos con el hombre. La intoxicación
aguda constituye una urgencia médica que exige
un máximo de atención ya que en la mayoría de los casos surgen de forma
inesperada, y los trastornos orgánicos y funcionales que se presentan
evolucionan rápido a formas graves que pueden provocar la muerte al paciente.
Un antídoto
es una sustancia química cuya función es contrarrestar los efectos de un
veneno, toxina o químico. impiden, mejoran o hacen desaparecer
algunos signos y síntomas de las intoxicaciones. No actúan sobre los receptores
sino sobre el propio tóxico, por inactivación o impidiendo su conexión con los
receptores.
Los antídotos
desempeñan una importante función en el tratamiento de las intoxicaciones.
Aunque en muchos casos es posible devolver la vida al sujeto intoxicado y
estabilizar sus funciones orgánicas mediante un buen tratamiento de sostén y
ciertas técnicas de eliminación del tóxico, el uso apropiado de antídotos y otros
agentes permite activar considerablemente la eliminación y contrarrestar los
efectos nocivos de este.
El tratamiento antitóxico dependerá del tipo y naturaleza del agente tóxico, pero se puede resumir en tres reglas:
-Neutralizar, bloquear o volver inocuo al tóxico.
-Favorecer la eliminación del mismo.
Las medidas generales de tratamiento en todas las intoxicaciones comprenden:
-ABC, via aérea
permeable, respiración y estabilización cardiovascular
-Valoración
inicial, obtención de datos acerca de la exposición o ingesta, historia médica,
valoración física
-Identificación
del producto, identificación del agente causal. Cuando sea posible, verificar
la historia con la obtención del envase del producto
-Antidoto:
siempre que sea posible administrar el antídoto especifico
-Descontaminación:
eliminación del agente causal de las áreas expuestas (piel, ojos, tracto
gastrointestinal). La descontaminación asumirá la mayor prioridad en función del
agente y parte del cuerpo expuesta.
-Medidas sintomáticas
y de soporte
Los antídotos no están exentos de
efectos secundarios, y su uso debe estar justificado tanto por la sospecha
diagnóstica como por el estado del paciente; en algunos casos, los niveles
sanguíneos o plasmáticos de un tóxico (paracetamol, metanol, monóxido de
carbono) pueden contribuir a la toma de decisiones respecto al inicio,
continuación o suspensión de un tratamiento con antídotos.
Examenes
de laboratorio:
-Screening toxicológico: análisis de
sangre y orina, cuando se han ingerido múltiples y desconocidas sustancias
-Screening de toxicos específicos. Test
para benzodiacepinas,opiáceos, paracetamol y otros tóxicos en función de la presentación
e historia clínica
Las medidas de terapéuticas y de
soporte, no deben demorarse mientras se espera el resultado de la investigación
toxicológica.